En la “Guía para el deficiente motor” editada en el 2004 por el servicio de programas educativos de la Consejería de Educación de la
Junta de Extremadura, se expone que en caso de la discapacidad motora, la
mayoría de los niños y niñas llegan al sistema educativo con un diagnóstico
médico ya realizado. A partir de ese momento podremos realizar una buena
descripción de las necesidades educativas que el alumno presenta, con el fin de
organizar la respuesta educativa.
Las necesidades educativas más frecuentes que
pueden presentar los alumnos/as con discapacidad motora son:
·
Necesidad de adaptación del edificio, aula,
mobiliario, eliminando las barreras arquitectónicas.
· Necesidad de favorecer y mejorar la movilidad
a través del desarrollo del control postural y favoreciendo la manipulación y
exploración del entorno, ya que les resulta complicado acceder a él por sus
dificultades de movilidad.
· Necesidad de facilitar la comunicación y el
desarrollo del lenguaje, procurando: fomentar la comunicación, valorar los
aspectos comprensivos y expresivos del lenguaje, tratar las dificultades de
expresión oral (dislalias, disartrias…) y facilitar las ayudas técnicas
necesarias.
· Necesidad de favorecer su desarrollo
cognitivo. Estableciendo su potencial de aprendizaje y respetando su ritmo de aprendizaje.
·
Necesidad de mantener la motivación por los
aprendizajes escolares, teniendo en cuenta que ésta tiene mucho que ver con las
situaciones de enseñanza-aprendizaje gratificantes.
· Necesidad de recursos personales: maestro de
pedagogía terapéutica, maestro de audición y lenguaje, fisioterapeuta, cuidador…
· Necesidad de recurrir a sistemas y/o ayudas
técnicas para favorecer la movilidad, el desplazamiento y la comunicación.
· Necesidad de desarrollar la escritura y
actividades manipulativas. Adaptando las medidas y estrategias que le permitan
adquirir este aprendizaje (aumentar el grosor del lápiz, usar portatizas,
adaptaciones para boca o cabeza….).
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